Por Rubén D. Bárcena (*)
Es una batalla conceptual entre progresistas, desarrollistas y conservadores, atravesada por discusiones tácticas, disputas personales y una pregunta que provoca: ¿el peronismo es progresista? Como desde hace más de dos décadas, el apellido Kirchner está en el centro de las conversaciones.
En ese contexto, Sued cita que en un encuentro en el Instituto Patria, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner provocó revuelo al declarar que el peronismo no es un movimiento progresista. Durante la reunión, expresó fuertes críticas hacia las protestas docentes y cuestionó el rol de las organizaciones sociales en la actualidad. Según sus palabras, "un trabajador que se levanta a las 5 de la mañana no puede regresar a su hogar y encontrarse con que su vecino que recibe un plan social gana lo mismo que él".
En un giro inesperado, la Cristina del año 2024 relaciona el ascenso del político Milei también con un supuesto incremento del movimiento feminista. A pesar de esto, la exmandataria aclaró que no comparte la idea de "con mi cuerpo hago lo que quiero", sino que considera la legalización del aborto como una cuestión de salud pública. Sus declaraciones generaron polémica y deja abierto el debate sobre la postura del peronismo en relación a temas sociales y de género.
Dentro del análisis planteado, es crucial reflexionar sobre la evolución y los cambios en la ideología y enfoque metodológico del peronismo progresista en el contexto actual. En 2019, la figura de Alberto Fernández representaba la renovación y progresismo dentro del peronismo, generando expectativas positivas sobre el futuro del movimiento.
Sin embargo, la pregunta que surge ahora es si este retorno a figuras y corrientes del pasado dentro del peronismo implica un retroceso en lugar de una continuidad con la renovación propuesta anteriormente.
Es necesario analizar si esta aparente vuelta al pasado responde a un intento de fortalecer las raíces y principios originales del peronismo o si implica un estancamiento en las ideas y propuestas progresistas que se habían planteado como el camino a seguir.
En este sentido, se plantea un desafío para el peronismo progresista en definir su identidad y rumbo político en un contexto de cambios y nuevas demandas sociales. La discusión sobre los aspectos ideológicos y metodológicos se vuelve crucial para determinar si el regreso a figuras del pasado implica una reafirmación de los valores peronistas o si, por el contrario, representa un retroceso en términos de renovación y adaptación a las necesidades actuales de la sociedad argentina.
En definitiva, la pregunta sobre si el futuro del peronismo progresista implica volver al pasado o si es capaz de combinar tradición y renovación se convierte en un punto de debate fundamental para comprender el rumbo político que tomará el movimiento en los próximos años.
(*) Editor en InfoPlatense
