Lunes 3 de marzo de 2025
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Asamblea Legislativa: Milei intentó imponer su relato en un Congreso semivacío y expuso fracturas internas

El presidente Javier Milei inauguró las sesiones ordinarias con un discurso cargado de autoelogios, apelaciones ideológicas y provocaciones.

Sin embargo, más que una demostración de poder, la imagen de un Congreso semivacío y una Plaza del Congreso prácticamente desierta terminó dejando expuestas las fragilidades del oficialismo y las tensiones internas dentro del propio gobierno.

Un discurso plagado de autoelogios y omisiones

Desde los balcones, la militancia libertaria coreaba su apoyo en una escenografía cuidadosamente montada para contrarrestar la falta de legisladores opositores, que boicotearon la Asamblea en rechazo a la gestión. «Somos el mejor gobierno de la historia argentina», proclamó Milei, ignorando el deterioro económico, la escalada inflacionaria y el ajuste brutal que golpea a los sectores más vulnerables.

Uno de los temas que sobrevoló la jornada, pero que el presidente intentó invisibilizar, fue el escándalo financiero del caso $Libra, que salpica a su entorno más cercano. Pese a las denuncias judiciales en Argentina y Estados Unidos, Milei apenas se refirió al tema con una chicana: «Vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale». Mientras tanto, la transmisión oficial no escatimó en primeros planos de Karina Milei, su hermana y secretaria general de la Presidencia, involucrada en la polémica.

Ruptura con Villarruel expuesta en vivo

La jornada también sirvió para evidenciar la ruptura con la vicepresidenta Victoria Villarruel. Al ingresar al Congreso, Milei evitó saludarla, y la transmisión oficial se encargó de minimizar su presencia. Sin embargo, la tensión estalló en vivo cuando Villarruel cerró la cadena nacional antes de que el presidente terminara su discurso. «No me apures», le espetó Milei, visiblemente molesto, mientras la vicepresidenta balbuceaba una disculpa con una sonrisa incómoda. La escena dejó en claro que la relación entre ambos está completamente resquebrajada.

Cruce con Manes y agresión en los pasillos

Otro momento de alta tensión se dio con Facundo Manes. Desde el atril, Milei lo provocó, sugiriendo que debía leer la Constitución para entender su «verdadera» ideología. «Léela, Manes, te va a hacer bien. Supuestamente vos entendés cómo funciona el cerebro y no aprendiste nada», lanzó el presidente en un tono burlón.

La disputa se trasladó fuera del recinto, donde el asesor estrella de Milei, Santiago Caputo, increpó violentamente a Manes en un pasillo del Congreso. Testigos aseguran que Caputo lo «pecheó» y le lanzó insultos, mientras el diputado intentaba esquivar la confrontación. En medio del altercado, el influencer libertario Francisco Fijap, con un acceso inusual al recinto, intervino arrebatándole el celular a un periodista que intentaba filmar la agresión. La escena, con un asesor presidencial intimidando físicamente a un legislador, dejó en evidencia el clima de violencia y tensión que se vive dentro del oficialismo.

Intento de controlar la prensa

Pero las controversias no terminaron ahí. Los periodistas acreditados, que ya habían sido desplazados de su balcón histórico a una zona con condiciones más precarias, fueron retenidos varios minutos sin explicaciones tras la sesión. La seguridad del Congreso recurrió a empujones para evitar que abandonaran el recinto, en un claro intento de controlar la narrativa sobre lo ocurrido.

Designaciones por decreto y otro frente de conflicto

En medio de este caos, quedó relegado el otro gran conflicto político de la semana: el nombramiento por decreto de Ariel Lijo y Manuel García Mansilla como jueces de la Corte Suprema. Un movimiento que generó fuertes críticas por su falta de transparencia y que fue interpretado como un intento de controlar la Justicia a través de designaciones exprés.

Mientras tanto, Milei ya se dirigía a Casa Rosada, convencido de haber salido victorioso, cerrando la jornada con su clásico grito: «¡Viva la Libertad, carajo!». Sin embargo, más allá de la euforia militante, la realidad política y económica parece marcar un rumbo mucho más incierto para su gestión.

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