El ciclo lectivo 2025 trae consigo una transformación significativa en la educación secundaria de la provincia de Buenos Aires, impulsada por el Director General de Cultura y Educación, Alberto Sileoni. La reforma busca adaptarse a las demandas planteadas por estudiantes, docentes y directivos, introduciendo modificaciones en el sistema de evaluación y la promoción de materias.
Uno de los cambios más destacados es el retorno a las calificaciones numéricas, que reemplazarán el esquema de trayectos introducido durante la pandemia. A partir de este año, los estudiantes deberán alcanzar un mínimo de 7 puntos en ambos cuatrimestres para aprobar cada asignatura, sin posibilidad de promediar notas entre períodos. Esta medida promete una valoración más continua y rigurosa del desempeño académico.
Además, se elimina la repitencia total del año. En su lugar, se implementará un sistema de “recursadas” o “intensificaciones”, que permitirá a los estudiantes reforzar materias específicas en períodos establecidos a lo largo del año. Estas instancias podrán ser presenciales o virtuales, ofreciendo mayor flexibilidad y enfoque en las necesidades individuales.
Refuerzos académicos: un nuevo modelo de apoyo
Para apoyar esta transición, el gobierno provincial estableció los “Módulos Presenciales de Fortalecimiento de las Trayectorias Educativas” (Forte), que comenzarán en febrero y marzo, y se repetirán al inicio y fin de cada cuatrimestre, además de los períodos de diciembre y febrero. Cada estudiante podrá intensificar hasta un máximo de cuatro materias pendientes del ciclo anterior. En caso de superar ese límite, el Equipo de Definición de Trayectorias Educativas (EDTE), integrado por docentes, directivos y preceptores, determinará cuáles asignaturas tendrán prioridad.
Este equipo también orientará a las familias, asegurando un acompañamiento adecuado para que los alumnos mantengan su continuidad educativa, incluso si enfrentan dificultades en ciertas materias.
Cambios en el esquema de cursada
Las materias recursadas mantendrán un esquema similar al actual, con una nota mínima de 4 para su aprobación. No obstante, una novedad clave es que los estudiantes podrán cursar simultáneamente materias de años diferentes, siempre que no se superpongan los horarios. Por ejemplo, un alumno de primer año que deba recursar Matemáticas podrá avanzar con la materia correspondiente a segundo año.
Las escuelas tendrán autonomía para organizar las clases intensificadas según sus condiciones. Esto incluye opciones en contraturno, los sábados o incluso mediante modalidades virtuales, asegurando que todos los estudiantes puedan acceder a estas instancias de refuerzo.
Una mirada a los docentes
Para garantizar la implementación efectiva de este sistema, se asignarán 30 mil nuevos módulos docentes, destinados específicamente a la intensificación de trayectorias. Esto representa una inversión significativa en recursos humanos, asegurando que los estudiantes reciban el acompañamiento necesario.
Una reforma con impacto regional
La implementación de estos cambios plantea interrogantes sobre su impacto en la calidad educativa y la equidad dentro de las distintas comunidades educativas. En el contexto de la región, donde las realidades sociales y económicas varían ampliamente, será crucial observar cómo las escuelas locales adaptan este modelo y qué tan efectivo resulta en mejorar las trayectorias educativas de los jóvenes.
Esta reforma no solo redefine las reglas del juego en la secundaria bonaerense, sino que también abre el debate sobre la adecuación del sistema educativo a las demandas contemporáneas, poniendo en el centro la necesidad de flexibilidad, continuidad y apoyo efectivo para los estudiantes.