Con la firma del decreto 116/2025, el Gobierno transformó al Banco Nación en una Sociedad Anónima, un cambio clave que allana el camino hacia una eventual privatización de la entidad financiera más grande del país.
La decisión responde a la estrategia de Javier Milei, quien ya había intentado incluir al banco en la primera versión de la Ley Bases, aunque finalmente quedó fuera del paquete junto con YPF y Aerolíneas Argentinas.
La medida genera interrogantes sobre el futuro de los clientes, el modelo de negocio que adoptará la institución y el impacto en el sistema financiero. El Gobierno sostiene que el cambio permitirá modernizar la estructura del banco, mejorar su competitividad y facilitar su acceso a inversores privados.
Qué cambia para los clientes y empleados
El Banco Nación cuenta con 17.700 empleados y más de 650 sucursales en todo el país, lo que lo convierte en una pieza clave del sistema financiero argentino. La conversión en Sociedad Anónima implica una reestructuración, pero el decreto establece un proceso de transición ordenado para evitar disrupciones en la operatividad del organismo.
Las cuentas de clientes seguirán funcionando con normalidad durante este período de adaptación. El Ministerio de Economía aseguró que la transformación no afectará la continuidad de las actividades industriales, comerciales y administrativas del banco. Sin embargo, en el mediano plazo podrían darse cambios en la política crediticia y en la estructura de costos, según cómo avance la apertura del capital.
Cierres de sucursales y despidos en el horizonte
Después de que Javier Milei decretara esta madrugada la transformación del Banco Nación en una Sociedad Anónima, en lugar de una Sociedad del Estado, el Gobierno proyecta una serie de cierres de sucursales y despidos en la entidad, incluso antes de su privatización. La definición de las provincias más afectadas y las fechas de ejecución de las clausuras y desvinculaciones estará a cargo de las autoridades del BN. Según dicen, el objetivo es que el banco público sea más eficiente y contribuir a reducir el déficit fiscal.
Los despidos y cierres no están contemplados explícitamente en el decreto que firmó a última hora de ayer el Presidente, antes de su viaje a Estados Unidos, urgido por el vencimiento del plazo para ejecutar la recategorización, el 22 de febrero. Pero altas fuentes nacionales adelantaron que ya están hechas las proyecciones de esos cierres, aunque evitaron dar mayores detalles. “Los análisis pormenorizados van a estar en manos de las autoridades del banco”, dijeron.
“El objetivo es eficientizarlo, modernizarlo, y eso conllevará cierres”, dijo un alto funcionario vinculado al proceso. Existen 780.000 dependencias del BN, y por ahora tienen planeado priorizar el cierre de aquellas emplazadas en municipios cuyas tasas sean más elevadas. “Van a haber recortes, y tiene que haber una reestructuración de los convenios de trabajo”, dijo un alto funcionario nacional, que aclaró que el directorio del Banco, que está presidido por Daniel Tillard, se mantendrá intacto, por ahora.
Los argumentos oficiales: modernización y eficiencia
Según el decreto, la actual condición de «ente autárquico» limita la capacidad del Banco Nación para competir en igualdad de condiciones con otras entidades financieras. Al transformarse en S.A., la institución podrá operar con mayor flexibilidad, optimizar su gestión y adoptar mecanismos de gobierno corporativo alineados con las mejores prácticas internacionales.
El ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, destacó en la red social X que la reforma permitirá mejorar la transparencia y eliminar «privilegios» del estatuto vigente, como la obligación de que los depósitos judiciales se realicen en el banco. Además, la medida incluye la creación de un nuevo estatuto que redefine el funcionamiento de la entidad.
Accionistas y modelo de gestión
Por el momento, el Estado Nacional conservará el 99% de las acciones, mientras que el 1% quedará en manos de la Fundación Banco de la Nación Argentina. El modelo al que apunta el Gobierno es similar al del Banco do Brasil o al esquema vigente en YPF, donde el Estado mantiene el 51% de las acciones y el resto cotiza en bolsa.
La Superintendencia de Entidades Financieras y Cambiarias del Banco Central indicó que no existen restricciones para que la Fundación sea accionista minoritaria, ni se requiere aprobación previa del BCRA para este esquema.
Balance y valor de la acción
Para garantizar la seguridad jurídica y financiera del proceso, el banco realizó un «balance especial de transformación» al 31 de diciembre de 2024. Según el presidente de la entidad, Daniel Tillard, la nueva sociedad anónima contará con activos por $48 billones, depósitos y otras obligaciones por $33 billones, y un patrimonio neto de $15 billones.
El valor de la acción se calculará dividiendo el patrimonio neto por el capital social, que según el decreto será de $1,6 billones en acciones nominativas de $1.000 cada una, con derecho a cinco votos por acción.
El futuro del Banco Nación
El Gobierno ya dejó en claro su intención de avanzar con la privatización de empresas estatales, y la transformación del BNA en S.A. es un paso en esa dirección. Sin embargo, cualquier intento de venta requerirá la aprobación del Congreso, lo que podría generar una nueva pulseada política.
En La Plata, donde la entidad cuenta con una fuerte presencia y una cartera de créditos significativa, el impacto de la medida podría sentirse en la oferta de financiamiento para sectores productivos y PYMEs locales. Habrá que ver cómo evoluciona el plan oficial y qué postura toman los actores económicos y políticos ante una posible privatización.