El juicio oral por la muerte de Diego Maradona inicia este martes en los Tribunales de San Isidro y pone en el centro del debate la atención médica que recibió el exfutbolista en sus últimos días, cuando era director técnico de Gimnasia y Esgrima La Plata.
Ocho imputados enfrentarán cargos de «homicidio simple con dolo eventual» y «falsedad ideológica» en un proceso que podría extenderse hasta julio y sentar un precedente en la responsabilidad médica en tratamientos domiciliarios.
Un proceso clave con testigos y pericias determinantes
El tribunal, integrado por Maximiliano Savarino, Julieta Makintach y Verónica Di Tommaso, analizará la actuación del equipo médico que estuvo a cargo de Maradona. La fiscalía sostiene que los profesionales incurrieron en negligencias graves, agravando el estado de salud del ídolo y llevándolo a un desenlace fatal el 25 de noviembre de 2020.
Las audiencias contarán con testimonios de testigos clave y peritos que analizarán el deterioro progresivo del exjugador. La querella, encabezada por Dalma y Gianinna Maradona, insiste en que se trató de un «abandono deliberado» que condenó a su padre a una muerte evitable.
Quiénes son los acusados y qué se les imputa
Entre los imputados se encuentran el neurocirujano Leopoldo Luque, la psiquiatra Agustina Cosachov, el psicólogo Carlos Díaz, la coordinadora médica Nancy Forlini, el coordinador de enfermeros Mariano Perroni, el enfermero Ricardo Almirón y el clínico Pedro Di Spagna. La octava acusada, la enfermera Gisela Madrid, será juzgada en un proceso con jurado popular.
Los fiscales Laura Capra, Patricio Ferrari y Cosme Iribarren sostienen que la muerte de Maradona pudo haberse evitado y que el equipo médico no tomó las medidas necesarias para garantizar su bienestar. Según la investigación, el exfutbolista padecía insuficiencia cardíaca, enfermedad hepática y un deterioro neurológico agravado por la falta de controles adecuados.
Los puntos centrales del juicio
Uno de los ejes del debate será si Maradona rechazaba activamente la asistencia médica o si el equipo de salud omitió actuar a pesar de las señales de alarma. Los fiscales argumentan que los imputados eran conscientes del grave deterioro del ídolo, como lo demostrarían mensajes de WhatsApp incorporados a la causa, pero no adoptaron medidas para atenderlo. La defensa, en tanto, insistirá en que el exjugador se negaba a recibir tratamientos e internaciones.
Se prevé que las audiencias se realicen tres veces por semana, aunque podrían reducirse a dos si prospera un pedido de las partes. En caso de ser hallados culpables, los acusados podrían recibir penas de entre 8 y 25 años de prisión.
Este juicio no solo busca esclarecer lo ocurrido en las últimas semanas de vida de Maradona, sino también sentar un precedente sobre la responsabilidad médica en casos de atención domiciliaria. Con su figura aún presente en la memoria colectiva, el proceso promete captar la atención del país y generar repercusiones en el ámbito de la salud y la justicia.
