La crisis económica y el ajuste en la educación superior ponen en jaque el inicio del ciclo lectivo en las universidades nacionales. La Federación Nacional de Docentes Universitarios (CONADU) declaró el «estado de alerta y movilización» y advirtió sobre la posibilidad de un paro ante el deterioro salarial y la falta de respuestas del Gobierno.
En un plenario de delegados de todo el país, la CONADU denunció el desfinanciamiento del sistema universitario por parte del Ejecutivo de Javier Milei y la ausencia de la Paritaria Nacional Docente. La falta de actualización salarial y el impacto de la inflación profundizan el malestar entre los docentes, que ya evalúan nuevas medidas de fuerza.
Escenario en La Plata
En la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), la Asociación de Docentes Universitarios (ADULP) anticipó que se realizarán consultas entre los afiliados para definir los próximos pasos. «Estamos calentando motores», advirtió Manuel Rodríguez, secretario de Organización del gremio, dejando abierta la posibilidad de que las clases no comiencen en tiempo y forma.
Por su parte, el secretario general de ADULP, Octavio «Tato» Miloni, remarcó la necesidad de fortalecer la unidad sindical. «Es fundamental consolidar el Frente Gremial Regional y el Frente Sindical de Universidades Nacionales para enfrentar estas políticas que afectan gravemente a los trabajadores y a la educación pública», sostuvo.
Reclamos y medidas en evaluación
Entre los reclamos centrales se encuentra la restitución de salarios adeudados, la reapertura de la paritaria nacional y el cese de lo que consideran una vulneración de la autonomía universitaria, particularmente en el caso de la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo.
Rodríguez indicó que, aunque no hay definiciones concretas en La Plata, el gremio ya planifica actividades de protesta en articulación con otros sectores, como los no docentes de ATULP y los estudiantes nucleados en la FULP. Además, enfatizó que el reclamo salarial es urgente: «El año pasado los docentes perdieron el 71% de su poder adquisitivo y exigimos una recomposición inmediata».
El conflicto docente se suma a un clima de tensión creciente en el sector universitario, que afronta un ajuste presupuestario con impacto en salarios, becas y programas de investigación. En este contexto, la posibilidad de un inicio de clases conflictivo gana cada vez más fuerza.