Jueves 6 de febrero de 2025
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Dos empresas decidieron que sus colectivos circulen sin ventanillas por ataques vandálicos

La inseguridad en el transporte público volvió a generar polémica en La Plata. Las empresas Unión Platense y Expreso La Plata, responsables de las líneas 520 y Este, decidieron dejar de reponer las ventanillas rotas de sus unidades tras una escalada de ataques vandálicos que afecta a la región. Desde noviembre, más de 60 micros han sido dañados por piedrazos.

Los ataques, que suelen ser realizados por menores de edad, generan alarma tanto en conductores como en pasajeros. “No hubo respuesta de las autoridades y llegamos al punto de tener que circular sin ventanillas”, explicó un representante de una de las empresas. Según detallaron, esta medida no solo busca reducir los costos de reparación, sino también visibilizar la gravedad del problema.

Zonas críticas y falta de respuestas

Los ataques se concentran en puntos específicos del recorrido, como la Ruta 11 a la altura de 610, en Berisso, y en sectores de la zona 604. La falta de intervención por parte de las autoridades locales y provinciales ha llevado a las empresas a adoptar estrategias extremas, como colocar carteles en los vehículos vandalizados con la leyenda “unidad vandalizada”, en letras rojas sobre fondo blanco, para alertar a los usuarios sobre el estado de los micros.

Este problema no es nuevo. En 2016, un ataque similar tuvo consecuencias fatales cuando una persona perdió la vida por un piedrazo en una unidad de la línea Este. Sin embargo, la falta de avances para prevenir estos actos genera indignación entre los actores involucrados.

Un llamado de atención urgente

La decisión de las empresas de operar sin ventanillas no solo busca proteger su economía, sino también funcionar como una protesta visible ante la falta de acción frente a la inseguridad. La medida pone en evidencia la fragilidad del transporte público en la región, un servicio esencial que hoy enfrenta riesgos tanto para los trabajadores como para los pasajeros.

Este escenario, que combina desidia oficial y una escalada de actos vandálicos, requiere respuestas inmediatas para garantizar la seguridad de un sistema que conecta a miles de ciudadanos diariamente.  En La Plata, el transporte público parece ser otra víctima de una problemática estructural que aún no encuentra solución.

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