A dos días de la cumbre del PRO bonaerense, el escenario político en la provincia de Buenos Aires se calienta con las declaraciones del Gobierno nacional, liderado por Javier Milei, que descartan tajantemente una alianza electoral con el PRO. Fuentes de La Libertad Avanza (LLA) aseguran que «no habrá ninguna fusión» que implique una transformación del partido violeta, y van más allá: «Están despellejados, solo discutimos listas».
Esta estrategia, que apunta a desguazar al PRO captando a sus dirigentes sin ceder espacio político, profundiza la fractura entre ambos espacios y reconfigura el tablero electoral de cara a las elecciones. A continuación, una crónica de este nuevo capítulo en la política argentina, con los detalles más recientes y el análisis de sus implicaciones.
Un portazo a la alianza: «No hay metamorfosis»
El pasado 14 de abril, el expresidente Mauricio Macri intentó apaciguar las aguas al señalar que no había un acuerdo cerrado con LLA en la Provincia, en respuesta a versiones que daban por hecha una coalición. Sin embargo, el Gobierno de Milei redobló la apuesta esta semana, descartando cualquier posibilidad de un frente electoral conjunto. Según publicaciones en X, fuentes cercanas a la Casa Rosada afirmaron que LLA no busca una «alianza entre partidos», sino sumar figuras individuales del PRO que acepten alinearse sin imponer condiciones.
«Están despellejados, solo discutimos listas», habría declarado un referente de LLA, en una frase que resume la intención del oficialismo de debilitar al PRO como estructura partidaria y absorber a sus cuadros más afines, como Patricia Bullrich o Damián Arabia, sin ceder protagonismo. Esta postura refleja la estrategia de Milei de consolidar a LLA como la fuerza dominante en el espectro de la derecha, evitando diluir su identidad «violeta» en una coalición que pueda ser percibida como una concesión al establishment.
El contexto: Una cumbre del PRO en plena tensión
La cumbre del PRO bonaerense, programada para esta semana, llega en un momento de máxima tensión interna. Macri, quien insiste en un «acuerdo entre partidos» que preserve la identidad del PRO, ha quedado descolocado por la intransigencia de LLA. El expresidente incluso salió al cruce de Milei, lamentando que «le digan al Presidente cosas que no están sucediendo». Esta desmentida pública evidencia las dificultades para acercar posiciones, especialmente en la Provincia, donde el PRO históricamente ha tenido un peso electoral significativo.
Por su parte, LLA apuesta a una lista propia encabezada por figuras leales al proyecto de Milei, sin espacio para negociaciones que impliquen compartir poder. Según un post en X, el oficialismo busca «imponer una lista violeta» y aislar a Macri, aprovechando la fragmentación interna del PRO entre los sectores más cercanos a Bullrich, proclives a sumarse a LLA, y los leales al expresidente, que resisten una absorción.
Estrategia de desguace: ¿Un jaque al PRO?
La maniobra de LLA no es solo electoral, sino también estructural. Al descartar una alianza formal, el Gobierno apunta a debilitar al PRO como actor político autónomo, captando a sus dirigentes más destacados y dejando al partido sin una base sólida en la Provincia. «No queremos un frente, queremos nombres», habría dicho un operador de LLA, según fuentes citadas en X. Esta táctica recuerda los movimientos de Milei a nivel nacional, donde ha logrado sumar a figuras del peronismo y el radicalismo sin comprometer la hegemonía de su espacio.
El PRO, por su parte, enfrenta un dilema existencial. Una alianza con LLA podría garantizarle sobrevida electoral, pero a costa de perder su identidad. Rechazarla, en cambio, lo expone a una fragmentación que podría beneficiar al oficialismo y a la oposición peronista, liderada por Axel Kicillof, que observa el conflicto desde una posición expectante.
Reacciones y ecos en la política
Las declaraciones de LLA han generado un fuerte impacto en el arco político. En X, usuarios alineados con el oficialismo celebran la postura de Milei, interpretándola como una muestra de «firmeza» frente al «viejo sistema». Por el contrario, sectores del PRO acusan al Gobierno de «arrogancia» y advierten que la falta de acuerdos podría beneficiar al kirchnerismo en la Provincia.
Analistas consultados por este medio coinciden en que la estrategia de LLA es arriesgada pero coherente con la narrativa antiestablishment de Milei. Sin embargo, advierten que subestimar al PRO en la Provincia, donde cuenta con una base electoral consolidada, podría costarle caro al oficialismo en 2025.