El ministro Carlos Bianco celebró la decisión como un triunfo estratégico del Gobernador. Según el ministro, la postura del gobierno de Axel Kicillof siempre fue clara: priorizar un esquema que garantice “transparencia, claridad para los votantes y fortaleza institucional”.
El ministro de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bianco, salió a respaldar con firmeza la decisión de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK) de retirar el proyecto de ley que buscaba insistir con las elecciones concurrentes. “Era lo que nosotros veníamos solicitando”, afirmó Bianco en una declaración que resonó en los círculos políticos y que pone de manifiesto la sintonía entre el kicillofismo y la líder del Partido Justicialista.
La controversia sobre las elecciones concurrentes, un sistema que combina comicios nacionales y provinciales en una misma jornada pero con boletas separadas, había generado intensos debates en las últimas semanas. El proyecto, impulsado inicialmente por sectores cercanos a CFK, buscaba modificar el esquema electoral para 2025, pero encontró resistencia tanto dentro del oficialismo como en la oposición. Según Bianco, la postura del gobierno de Axel Kicillof siempre fue clara: priorizar un esquema que garantice “transparencia, claridad para los votantes y fortaleza institucional”.
Un movimiento estratégico
La decisión de CFK de dar marcha atrás con la iniciativa no solo desactivó una potencial fuente de conflicto interno en el peronismo, sino que también proyecta una imagen de unidad en un momento clave. “La ex presidenta tomó la decisión correcta, escuchando las necesidades del pueblo bonaerense y los planteos de nuestro espacio”, destacó Bianco durante una conferencia de prensa en La Plata. Sus palabras, cargadas de simbolismo, refuerzan la cohesión entre el gobierno provincial y el liderazgo de Kirchner, en un contexto donde la oposición busca capitalizar cualquier fisura.
Fuentes cercanas al gobierno provincial indicaron que la insistencia en las elecciones concurrentes podría haber generado confusión entre los votantes y complicaciones logísticas, especialmente en un distrito tan poblado como Buenos Aires. “El sistema de boleta única o la separación clara de elecciones nacionales y provinciales es lo que mejor representa la voluntad popular”, señaló un asesor del kicillofismo bajo anonimato.
Reacciones y contexto político
La oposición, liderada por figuras de Juntos por el Cambio, no tardó en reaccionar. Algunos referentes, como el diputado Diego Santilli, calificaron el retiro del proyecto como “una victoria del sentido común”, mientras que otros, más críticos, acusaron al oficialismo de improvisación. “Primero lo impulsan, luego lo retiran. Esto demuestra que no tienen un plan claro”, disparó un legislador opositor en redes sociales.
Por su parte, analistas políticos interpretan la jugada como una muestra de pragmatismo por parte de CFK. “Cristina sabe que forzar un cambio electoral ahora podría debilitar al peronismo de cara a 2025. Es una decisión que prioriza la estrategia a largo plazo”, explicó la consultora Marina Acosta.
El respaldo del kicillofismo a la decisión de CFK también llega en un momento de tensión económica en la provincia, con desafíos como la inflación y la negociación con gremios estatales. En este sentido, la alineación con Kirchner permite al gobierno provincial concentrarse en la gestión sin abrir frentes de conflicto innecesarios.
Lo que viene
Con el debate sobre las elecciones concurrentes momentáneamente cerrado, el foco del gobierno de Kicillof se traslada ahora a consolidar su base electoral y avanzar en medidas que refuercen su imagen de gestión. Bianco, en su rol de articulador político, dejó entrever que el Ejecutivo provincial trabajará en “fortalecer la democracia participativa” y en garantizar que los comicios de 2025 sean “un reflejo fiel de la voluntad popular”.
La decisión de CFK, respaldada por el kicillofismo, no solo marca un hito en la dinámica interna del peronismo, sino que también envía un mensaje claro: la unidad es innegociable. En un escenario político cada vez más polarizado, la provincia de Buenos Aires se consolida como un bastión clave para el oficialismo, con Kicillof y Kirchner trabajando en tándem para enfrentar los desafíos que se avecinan.