El Partido Justicialista de Buenos Aires entre la libertad de acción y la agenda política: opta por no convocar formalmente a la movilización frente al Congreso, mientras Axel Kicillof prioriza su agenda en San Isidro. Espacios cristinistas evalúan su participación en un contexto político cargado de tensiones.
El Partido Justicialista (PJ) bonaerense optó por no convocar formalmente a la marcha prevista para este miércoles frente al Congreso. Sin embargo, se dejó abierta la posibilidad de que algunos dirigentes decidan participar de manera individual.
La movilización, que busca respaldar a los jubilados tras los incidentes de la semana pasada, se perfila como un evento de gran magnitud. Mientras tanto, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, decidió mantenerse al margen de la marcha, enfocándose en su agenda oficial en San Isidro, donde entregará patrulleros y reforzará la seguridad en la región.
Desde los sectores referenciados en el cristinismo, como La Cámpora, tampoco se emitió una convocatoria orgánica. No obstante, algunos espacios evalúan la posibilidad de decir presente, especialmente considerando que la Cámara de Diputados debatirá el DNU 179/25, relacionado con un nuevo crédito del FMI.
La decisión del PJ bonaerense de no movilizarse en bloque refleja una estrategia de «libertad de acción», permitiendo que cada dirigente evalúe su participación según sus propios criterios. Este enfoque busca evitar tensiones internas y mantener un equilibrio en un momento político delicado.
Por su parte, Kicillof continúa con su agenda provincial, destacando la entrega de patrulleros como parte de un esfuerzo por fortalecer la seguridad en la provincia. Este acto, realizado en San Isidro, “subraya la importancia de las políticas locales en un contexto nacional cargado de desafíos”, aseguran.
La marcha al Congreso promete ser un termómetro político, no solo por la cantidad de asistentes, sino también por las decisiones estratégicas de los principales actores políticos. Mientras tanto, el PJ bonaerense observa desde la distancia, dejando que la dinámica del evento hable por sí sola.