El PRO bonaerense concluyó que enfrenta un doble desafío: competir contra el peronismo, que busca consolidar su hegemonía, y contener las presiones de LLA, cuya “motosierra” seduce a parte de su electorado. La apertura a otras fuerzas, como la UCR y Cambio Federal, podría ser clave para ampliar su base y evitar una fragmentación que beneficie a Kicillof. Rechazo a la reelección indefinida de los intendentes.
En una reunión clave celebrada este martes 22 de abril en la sede partidaria del PRO en San Telmo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, los principales referentes del PRO bonaerense delinearon las próximas acciones políticas de cara a las elecciones legislativas de 2025 en la Provincia de Buenos Aires. El encuentro, encabezado por el presidente del partido en la provincia y jefe del bloque de Diputados, Cristian Ritondo, dejó definiciones contundentes: la convocatoria a un evento masivo con todos los concejales de la provincia, la búsqueda de un diálogo más profundo con La Libertad Avanza (LLA), aunque sin cerrarse a otras fuerzas políticas, y una postura firme contra las reelecciones indefinidas de intendentes.
Un cónclave para marcar el rumbo
La reunión, que tuvo lugar en el cuarto piso de la sede del PRO en la calle Balcarce, reunió a intendentes, legisladores y líderes parlamentarios del partido. Según fuentes cercanas, el objetivo fue discutir abiertamente la estrategia electoral en un contexto de tensiones internas y negociaciones con el oficialismo libertario. La convocatoria, titulada simplemente “Tema: PBA”, no dejó indiferente a nadie: los presentes sabían que el futuro del partido en la provincia estaba en juego.
Entre los asistentes se destacaron figuras como los intendentes Pablo Petrecca (Junín), Ramón Lanús (San Isidro), Guillermo Montenegro (Mar del Plata), y Néstor Grindetti, además de legisladores como Matías Ranzini, Adrián Urreli y Christian Gribaudo. Algunos participaron de manera virtual, pero el mensaje fue unánime: el PRO busca consolidarse como una fuerza competitiva en las elecciones desdobladas de septiembre, donde se renovarán 46 diputados y 23 senadores provinciales.
Definiciones clave: unidad, diálogo y principios
El encuentro dejó tres resoluciones claras que marcan la hoja de ruta del PRO bonaerense:
- Evento masivo con concejales: El partido planea organizar un gran encuentro que reúna a todos los concejales de la Provincia de Buenos Aires. Esta iniciativa busca fortalecer la estructura territorial del PRO, visibilizar su presencia en los 135 municipios y coordinar acciones de campaña. La medida responde a la necesidad de mostrar unidad interna frente a las versiones de posibles pases de dirigentes a LLA, como los rumores que involucran a Diego Santilli o Guillermo Montenegro.
- Diálogo con LLA, pero sin exclusividad: El PRO ratificó su intención de profundizar las conversaciones con La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei, para explorar una posible alianza electoral. Sin embargo, las condiciones impuestas por el entorno libertario han generado malestar en algunos sectores del macrismo, que rechazan un acuerdo que implique la disolución del partido o el pase masivo de dirigentes a las filas de LLA. En paralelo, el PRO decidió ampliar el diálogo con otras fuerzas, como la UCR y sectores de Cambio Federal, para construir una coalición amplia que pueda enfrentar al peronismo de Axel Kicillof.
- Rechazo a las reelecciones indefinidas: En un guiño a su base y a los valores fundacionales del partido, el PRO reafirmó su oposición a las reelecciones indefinidas de intendentes, legisladores y concejales. Esta postura, impulsada originalmente por María Eugenia Vidal en 2016 con la ley que limita los mandatos a dos períodos, busca diferenciar al partido de las iniciativas peronistas que promueven la derogación de esta norma. La decisión también responde a las críticas internas que surgieron tras la reforma de 2021, que permitió a más de 90 intendentes buscar un tercer mandato.
Tensiones internas y el desafío de la unidad
El cónclave no estuvo exento de tensiones. Mientras algunos dirigentes, como Santilli y Montenegro, abogan por un acercamiento más estrecho con LLA, otros, liderados por Ritondo, insisten en que cualquier acuerdo debe ser entre partidos y no a costa de la identidad del PRO. “Si no nos ponemos de acuerdo en lo provincial, competiremos. Tenemos nombres, tenemos personas”, afirmó un referente cercano a Ritondo, subrayando la fortaleza territorial del partido.
Por otro lado, la posibilidad de reeditar una alianza con la UCR, como en los tiempos de Juntos por el Cambio, ganó fuerza tras la cumbre pospuesta del 18 de marzo en La Plata, que reunirá a ambos partidos para discutir una agenda común en salud, seguridad y desarrollo provincial. Sin embargo, la UCR también enfrenta sus propias divisiones, con sectores que coquetean con el peronismo y otros que buscan una “alternativa republicana”.
El contexto electoral: un desafío doble
Las elecciones legislativas de 2025 en Buenos Aires serán un test crucial para el PRO. La provincia, que nuclea al 37% del electorado nacional, renueva la mitad de su Legislatura, y el PRO pone en juego 12 de sus 22 bancas, lo que lo convierte en la segunda fuerza con más escaños en riesgo, detrás de Unión por la Patria. Además, el desdoblamiento de los comicios provinciales, anunciado por Axel Kicillof para el 7 de septiembre, suma complejidad al escenario, especialmente con la posible suspensión de las PASO.
En este contexto, el PRO enfrenta un doble desafío: competir contra el peronismo, que busca consolidar su hegemonía, y contener las presiones de LLA, cuya “motosierra” seduce a parte de su electorado. La apertura a otras fuerzas, como la UCR y Cambio Federal, podría ser clave para ampliar su base y evitar una fragmentación que beneficie a Kicillof.
Hacia un PRO unido y competitivo
La reunión del PRO bonaerense en CABA marcó un punto de inflexión en su estrategia para 2025. Con un evento masivo en el horizonte, una postura dialoguista pero firme frente a LLA y un compromiso renovado con la limitación de mandatos, el partido busca recuperar terreno en una provincia clave. Sin embargo, el éxito de estas definiciones dependerá de su capacidad para mantener la unidad interna y articular una coalición amplia que convenza a los bonaerenses.
Mientras las negociaciones avanzan y el calendario electoral se acelera, el PRO sabe que cada paso será observado de cerca. En un año donde la política argentina promete ser más impredecible que nunca, los amarillos apuestan a combinar experiencia, territorialidad y principios para dar la pelea en el territorio de Kicillof.