Miércoles 16 de abril de 2025
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El Senado bonaerense suspendió las PASO, pero Kicillof no logró ampliar plazos electorales

La suspensión de las PASO, plasmada en los artículos uno y dos del proyecto enviado por el Ejecutivo, obtuvo un amplio consenso en la Cámara alta, con el apoyo de Unión por la Patria, el PRO, La Libertad Avanza y sectores del radicalismo. La medida, que ahora pasará a Diputados para su sanción definitiva, busca evitar un triple turno electoral en la Provincia y ahorrar aproximadamente $50.000 millones, según estimaciones oficiales.

El Senado de la provincia de Buenos Aires aprobó este martes la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para las elecciones legislativas de 2025, un paso clave para alinear el calendario electoral provincial con el desdoblamiento anunciado por el gobernador Axel Kicillof. Sin embargo, la victoria del oficialismo fue agridulce: el proyecto del Ejecutivo, que buscaba extender los plazos para la presentación de listas y boletas, no logró el respaldo necesario, dejando intacta la ley electoral vigente y generando incertidumbre sobre la organización de los comicios del 7 de septiembre.

Un triunfo parcial para Kicillof

La suspensión de las PASO, plasmada en los artículos uno y dos del proyecto enviado por el Ejecutivo, obtuvo un amplio consenso en la Cámara alta, con el apoyo de Unión por la Patria, el PRO, La Libertad Avanza y sectores del radicalismo. La medida, que ahora pasará a Diputados para su sanción definitiva, busca evitar un triple turno electoral en la provincia y ahorrar aproximadamente $50.000 millones, según estimaciones oficiales. La decisión responde a la complejidad logística de combinar sistemas de votación distintos —boleta sábana provincial y Boleta Única de Papel nacional— y al contexto económico, que limita los recursos para financiar elecciones primarias.

No obstante, el bloque de Unión por la Patria, liderado por la senadora Teresa García, impuso un límite claro: solo se votaron los artículos referidos a la suspensión de las PASO, rechazando las modificaciones propuestas por Kicillof para extender los plazos de inscripción de alianzas, presentación de candidatos y financiación de boletas. Esta resistencia, que refleja las tensiones internas del peronismo, dejó al gobernador sin herramientas para flexibilizar el cronograma electoral, lo que podría complicar el armado de listas en un escenario político ya fragmentado.

El trasfondo político: unidad frágil y roces con el kirchnerismo

La sesión del Senado marcó un punto de inflexión tras semanas de negociaciones y desencuentros entre Kicillof y el sector kirchnerista liderado por Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidenta, tras iniciales críticas al desdoblamiento electoral, ordenó a sus legisladores acompañar la suspensión de las PASO, un gesto que evitó una ruptura abierta en Unión por la Patria. Sin embargo, la negativa a aprobar los cambios en los plazos electorales evidencia que la unidad peronista sigue siendo frágil.

Fuentes legislativas señalaron que el kirchnerismo, junto a aliados del Frente Renovador, priorizó mantener el control sobre el calendario electoral para evitar que Kicillof consolidara su liderazgo a través de un armado político autónomo. “Fue una señal clara: lo apoyamos, pero no le damos todo lo que quiere”, comentó un senador cercano a Cristina Kirchner. Esta dinámica interna complica las aspiraciones del gobernador, quien busca fortalecer su Movimiento Derecho al Futuro de cara a las elecciones de 2025 y, eventualmente, a las presidenciales de 2027.

Impacto en el cronograma y desafíos pendientes

Con la suspensión de las PASO, los bonaerenses votarán solo dos veces en 2025: el 7 de septiembre para cargos provinciales (legisladores, concejales y consejeros escolares) y el 26 de octubre para cargos nacionales. Sin embargo, la falta de modificaciones en los plazos electorales podría generar tensiones operativas. La ley actual establece que la presentación de listas debe realizarse con al menos 60 días de antelación, un margen que, según el Ejecutivo, resulta insuficiente para negociar alianzas en un contexto de alta polarización.

Además, la Junta Electoral provincial ya advirtió sobre la necesidad de acelerar los preparativos logísticos. La licitación de 49.000 urnas, anunciada recientemente, avanza a contrarreloj, mientras se coordina con el Correo Argentino y la Justicia Federal para garantizar la transparencia del proceso. El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, destacó que “la prioridad es que los ciudadanos puedan votar sin inconvenientes”, pero reconoció que la rigidez de los plazos podría complicar la impresión de boletas y la capacitación de autoridades de mesa.

Reacciones y perspectivas

La oposición, aunque respaldó la suspensión de las PASO, no perdió la oportunidad de marcar terreno. Senadores de La Libertad Avanza y el PRO celebraron la medida como “un ahorro necesario”, pero cuestionaron la gestión de Kicillof por “no haber previsto las dificultades del calendario”. Por su parte, el legislador de Patria Grande, vinculado a Juan Grabois, fue el único en abstenerse, argumentando que la suspensión “limita la participación ciudadana”.

En el peronismo, las miradas están puestas en la Cámara de Diputados, donde el proyecto podría convertirse en ley la próxima semana. Sin embargo, el rechazo a los cambios en los plazos electorales anticipa un escenario de negociaciones intensas para definir candidaturas. “Kicillof quería más margen para ordenar el tablero, pero ahora tendrá que jugar con las reglas que hay”, resumió un diputado oficialista.

Mientras la provincia se prepara para una campaña electoral que promete ser feroz, la suspensión de las PASO cierra un capítulo, pero abre otro lleno de interrogantes. ¿Podrá Kicillof sortear las tensiones internas y consolidar su liderazgo? ¿O será el kirchnerismo quien marque el ritmo del peronismo bonaerense? Las urnas, en septiembre, empezarán a dar respuestas.

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