La situación en el Frigorífico Gorina sigue en estado crítico tras el incendio que afectó parte de la planta ubicada en Melchor Romero. En medio de la incertidumbre, empleados denuncian despidos y temen que la ola de recortes continúe en los próximos días.
Despidos tras el incendio: el impacto laboral
El viernes pasado, al menos cuatro operarios recibieron telegramas de despido, y se espera que en los próximos días se sumen más cesantías, especialmente entre los trabajadores con menos de seis meses de antigüedad. La falta de comunicación oficial por parte de la empresa agudiza el temor entre los empleados.
«Nos dijeron que las áreas afectadas van a tardar en reactivarse y que no hay certezas sobre el futuro», relató un trabajador que prefirió mantenerse en el anonimato. “Algunos compañeros ya fueron despedidos y hay rumores de que podría haber más telegramas esta semana”, agregó.
La incertidumbre crece en la planta
El sector de despostada, clave en la operación del frigorífico, fue el más afectado por el siniestro. Aunque la faena sigue en funcionamiento, los rumores sobre recortes han generado preocupación generalizada.
“Algunos trabajadores fueron reubicados en otros frigoríficos, pero no sabemos hasta cuándo ni en qué condiciones”, comentó un operario del área de faena. “Si la situación no se aclara, podría haber medidas de fuerza”, advirtió.
Un contexto complicado para Gorina
El frigorífico emplea a unas 1.000 personas, de las cuales la mitad trabaja bajo contratos temporales. La falta de información oficial sobre el plan de recuperación de la planta deja un escenario incierto para gran parte del personal.
A este conflicto se suma un antecedente reciente: hace poco más de un mes, la empresa sufrió un millonario asalto comando en el que delincuentes se llevaron más de $30 millones.
En paralelo, varios empleados fueron trasladados a frigoríficos del Conurbano para continuar con sus tareas, pero sin garantías de estabilidad en el mediano plazo.
Sin respuestas y con temor al futuro
Hasta el momento, la empresa no emitió declaraciones públicas sobre el futuro de la planta ni sobre el destino de los trabajadores. En este clima de incertidumbre, los empleados exigen definiciones y temen que los despidos sean solo el inicio de una crisis laboral más profunda en una de las plantas de procesamiento de carne más importantes de la región.
