El pedido tensiona el mapa político bonaerense: los jefes comunales de la UCR exigen suspender las primarias y desdoblar los comicios de 2025. ¿Cederá el Gobernador o mantendrá distancia con la oposición? La decisión que puede cambiarlo todo.
El Foro de Intendentes Radicales elevó este martes un pedido formal al gobernador Axel Kicillof: suspender las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de 2025 y desdoblar las elecciones provinciales y municipales de las nacionales. La solicitud, plasmada en una carta dirigida al mandatario, no solo refleja las tensiones internas en el armado electoral bonaerense, sino que también pone en jaque la estrategia del oficialismo de cara a un año clave para la política argentina.
Un reclamo con peso político
La misiva, firmada por los 27 intendentes radicales y encabezada por Maximiliano Suescun, presidente del Foro y jefe comunal de Rauch, llegó a manos de Kicillof en un contexto de incertidumbre electoral. «Es de fundamental importancia promover la autonomía política e institucional de la provincia», argumentaron los intendentes, subrayando que los bonaerenses necesitan debatir sus propios temas sin la injerencia del «centralismo nacional». El pedido no es menor: busca evitar un gasto extraordinario para los ciudadanos y garantizar que las elecciones locales no queden supeditadas a las dinámicas de los comicios nacionales, fijados para el 26 de octubre de 2025.
El planteo radical no surge en el vacío. Este martes, la Comisión de Asuntos Constitucionales y Justicia de la Cámara de Diputados bonaerense dio despacho a un proyecto del oficialismo para suspender las PASO, una iniciativa que podría votarse el 27 de marzo o, en su defecto, el 3 de abril. Sin embargo, la ausencia de legisladores de la UCR, el PRO y La Libertad Avanza en esa reunión evidencia las fracturas en la oposición y la falta de consenso sobre cómo encarar el cronograma electoral.
Kicillof, entre la presión y la indefinición
El gobernador, que hasta ahora ha mantenido un compás de espera frente a las definiciones nacionales, se encuentra en una encrucijada. La suspensión de las PASO a nivel país, aprobada en el Congreso en febrero, dejó a las provincias con la potestad de ajustar sus calendarios. En este sentido, Kicillof ya había convocado el 13 de julio como fecha tentativa para las primarias bonaerenses mediante el decreto 367/2025, aunque reiteró que su intención es que la Legislatura las suspenda. «Queremos reglas claras», reclamó el oficialismo, mientras la oposición acusa al Ejecutivo de dilatar una decisión que afecta la planificación de todos los espacios políticos.
El desdoblamiento, por su parte, es un tema que divide aguas dentro del propio peronismo. Mientras los intendentes radicales y algunos sectores afines a Kicillof lo ven como una oportunidad para «provincializar» la discusión, figuras como Cristina Kirchner y La Cámpora han mostrado resistencia, temiendo que una ruptura con el calendario nacional debilite su influencia. La reunión del domingo entre Kicillof, Máximo Kirchner y Sergio Massa, en un intento de alinear al peronismo, no logró despejar las dudas sobre esta pulseada interna.
Las razones detrás del pedido
Los intendentes radicales justifican su postura en dos ejes: autonomía y ahorro. «La suspensión de las PASO en la provincia y el desdoblamiento de la fecha de las elecciones municipales y provinciales son decisiones trascendentales», señala la carta, destacando que el contexto de 2025, con las primarias nacionales ya descartadas, ofrece «el escenario ideal» para estas reformas. Además, el costo económico de organizar las PASO —estimado en unos $100 mil millones según fuentes de la Gobernación— se presenta como un argumento de peso en tiempos de ajuste fiscal.
Desde la UCR, el respaldo al desdoblamiento también tiene un trasfondo estratégico. Con varias bancas en juego en la Legislatura bonaerense, los intendentes del interior, especialmente de la cuarta, quinta y sexta sección electoral, buscan fortalecer su peso territorial y evitar que el debate nacional opaque las problemáticas locales. «Los frentes electorales no se pueden seguir imponiendo desde Buenos Aires», insistieron, en un guiño a la histórica demanda de descentralización.
Un debate que se calienta
En la Legislatura, el panorama es más complejo. El proyecto de la diputada oficialista Susana González, que busca suspender las PASO por única vez en 2025, cuenta con el respaldo de un sector del peronismo y algunos libertarios disidentes, pero la oposición sigue fragmentada. El PRO, por ejemplo, impulsa una iniciativa propia que reasigna los fondos de las primarias, mientras que un bloque radical liderado por Diego Garciarena defiende su continuidad como herramienta democrática.
¿Qué implica para la Provincia?
Con el reloj electoral corriendo, Kicillof enfrenta un dilema que trasciende lo logístico. Si cede a la presión de los intendentes y avanza con la suspensión y el desdoblamiento, podría consolidar su liderazgo territorial, pero a costa de tensionar aún más su relación con el kirchnerismo duro. Si opta por mantener el statu quo, arriesga un desgaste político en un año donde la oposición —radicales incluidos— promete dar batalla.
Por lo pronto, el Foro de Intendentes Radicales se mostró dispuesto a colaborar: «Quedaremos a disposición para trabajar en una democracia estable, inclusiva y transparente», cerraron en su carta. La pelota, ahora, está en el campo de Kicillof, quien deberá definir si 2025 será el año en que Buenos Aires marque su propio rumbo electoral o siga atada a las definiciones nacionales. En un escenario de crisis económica y polarización, la decisión no será solo administrativa, sino profundamente política.