Cómo Axel Kicillof desvió el eje de la discusión con Javier Milei, transformando la crítica sobre seguridad en un debate sobre reformas electorales y unidad política. ¿Qué estrategias utilizó para mantener la iniciativa y presionar a su oponente? Los detalles detrás de este enfrentamiento político que puede redefinir el escenario electoral.
En el contexto político de la pelea institucional desatado por Javier Milei, la respuesta de Axel Kicillof al presidente es un ejemplo claro de cómo los líderes políticos pueden desviar el eje de la discusión para fortalecer su posición y desafiar a sus oponentes. Punto favor de Kicillof.
Lo primero que hizo el Gobernador fue un cambio de enfoque: respondió a las acusaciones de Milei sobre la inseguridad en la provincia de Buenos Aires, desviando la atención hacia la cuestión electoral y las decisiones del gobierno nacional. Esto permitió a Kicillof cuestionar las políticas de Milei y presentarse como un defensor de los intereses provinciales.
La otra jugada política es la denuncia penal y un llamado a la seriedad: anunció que denunciaría penalmente a Milei, acusándolo de actuar de manera autoritaria y de intentar distraer la atención de sus propias polémicas, como el caso de la criptomoneda $LIBRA. Este enfoque busca presentar a Milei como alguien que evita abordar problemas reales.
También logró la unidad del arco peronista: convocó a una reunión con dirigentes del peronismo para mostrar unidad frente a las críticas de Milei, lo que fortalece su posición política dentro del partido.