Una cumbre nocturna en la Fundación que preside Alak terminó ayer sin acuerdo y el gobernador prepara un decreto que sacude al PJ bonaerense. Esta tarde, a las 18:00, podría cambiar el juego electoral de 2025.
La tensión al interior del peronismo bonaerense alcanzó anoche un nuevo pico de intensidad. En una reunión clave celebrada en la Fundación Del Plata, propiedad del intendente de La Plata, Julio Alak, el gobernador Axel Kicillof, el líder de La Cámpora y presidente del PJ provincial, Máximo Kirchner, y el referente del Frente Renovador, Sergio Massa, se sentaron a la mesa para intentar destrabar el enfrentamiento que los divide: el desdoblamiento electoral en la provincia de Buenos Aires.
Sin embargo, tras más de ocho horas de deliberaciones, las partes se retiraron sin acuerdos, y todo apunta a que esta tarde, a las 18:00, Kicillof podría anunciar por decreto la separación de los comicios provinciales de los nacionales, un movimiento que promete agitar aún más las aguas del peronismo.
La cumbre, que comenzó el domingo por la noche y se extendió hasta la madrugada, tuvo como telón de fondo la sesión legislativa prevista para mañana martes en la Cámara de Diputados bonaerense, donde se debatirá la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y el cronograma electoral para las legislativas de 2025.
Según fuentes cercanas al encuentro, también participaron figuras como la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, y el diputado provincial Facundo Tignanelli, ambos alineados con el kirchnerismo duro, lo que evidencia la magnitud de la interna que atraviesa Unión por la Patria (UP) en el distrito más poblado del país.
Una disputa con tres posturas irreconciliables
El nudo del conflicto radica en el desdoblamiento electoral, una estrategia que Kicillof defiende con uñas y dientes para fortalecer su liderazgo y plebiscitar su gestión al margen de la dinámica nacional. El gobernador sostiene que realizar elecciones concurrentes —es decir, votar cargos provinciales y nacionales el mismo día, pero con sistemas distintos como la Boleta Única de Papel (BUP) impuesta por el gobierno de Javier Milei— generaría un «caos electoral» sin precedentes. «Es un experimento que nunca se hizo», advirtió días atrás en un acto en el Teatro Argentino de La Plata, insistiendo en que la única salida viable es votar en fechas separadas.
Por su parte, Máximo Kirchner y el sector que responde a Cristina Fernández de Kirchner se oponen férreamente al desdoblamiento. Argumentan que separar los comicios debilitaría la cohesión del peronismo frente a un Milei que, pese a su desgaste, aún conserva una base electoral sólida. La postura del kirchnerismo duro es clara: elecciones unificadas en octubre, con listas consensuadas que refuercen la estrategia nacional y eviten una fragmentación que beneficie a La Libertad Avanza (LLA).
Sergio Massa, en tanto, juega un rol ambiguo pero estratégico. El líder del Frente Renovador coincide en la necesidad de suspender las PASO, pero propone un desdoblamiento «tardío», con elecciones provinciales en noviembre, bajo la premisa de que un Milei más golpeado por la inflación y la crisis económica podría allanar el camino para un mejor desempeño peronista. Sin embargo, esta idea choca con la logística electoral y el apuro de Kicillof por cerrar el calendario antes de que la Legislatura le imponga un escenario adverso.
Sin consenso, Kicillof apura el decreto
A pesar de los esfuerzos por encontrar una síntesis, el encuentro en la Fundación Del Plata terminó en un punto muerto. «No hubo avances significativos», confió a este medio una fuente presente en la reunión, que prefirió mantener el anonimato. «Kicillof no cede, y Máximo y Massa tampoco aflojan. Esto se define por afuera de la mesa de negociación».
El gobernador, respaldado por un grupo de intendentes y su espacio, el Movimiento Derecho al Futuro (MDF), ya tiene listo un decreto que, según trascendidos, invocaría el artículo 144, inciso 7, de la Constitución provincial para fijar las elecciones bonaerenses en septiembre, un mes antes de las nacionales previstas para el 26 de octubre. La firma del decreto, que podría anunciarse esta tarde a las 18:00 en un mensaje desde la Gobernación, marcaría un quiebre definitivo con Cristina Kirchner, con quien Kicillof no mantiene diálogo directo desde octubre de 2024, y pondría en jaque la unidad del peronismo provincial.
La Legislatura, el próximo campo de batalla
El desenlace de esta pulseada también dependerá de lo que ocurra mañana en la Legislatura bonaerense. El kirchnerismo y el massismo, con apoyo de sectores de la oposición, buscarán imponer un proyecto que suspenda las PASO y establezca elecciones concurrentes, una jugada que limitaría las atribuciones de Kicillof y lo obligaría a replegarse. Sin embargo, el oficialismo provincial confía en que, si el decreto se firma antes, el debate legislativo quedará desdibujado.
En el entorno del gobernador admiten que la decisión no estará exenta de riesgos. Una eventual impugnación judicial podría escalar hasta la Suprema Corte de Justicia Bonaerense, hoy presidida por Hilda Kogan, quien asumió el cargo hace pocos días y enfrenta el desafío de organizar un proceso electoral inédito en caso de que el desdoblamiento prospere.
El peronismo, al borde de la fractura
A menos de seis meses de las elecciones de medio término, el peronismo bonaerense se encuentra en una encrucijada. La falta de acuerdo entre Kicillof, Máximo Kirchner y Massa no solo expone las fisuras internas de Unión por la Patria, sino que también amenaza con diluir su peso electoral en un distrito clave que renueva la mitad de sus 70 bancas legislativas en 2025. Mientras tanto, Milei y sus aliados observan desde la distancia, expectantes ante una oposición que parece incapaz de cerrar filas.
Esta tarde, a las 18:00, todas las miradas estarán puestas en La Plata. Si Kicillof concreta el anuncio del desdoblamiento por decreto, el peronismo habrá dado un paso irreversible hacia la fragmentación. Y en un año electoral donde cada voto cuenta, el costo de esta interna podría ser demasiado alto.