El peronismo gobierna 84 distritos en Buenos Aires, pero la ruptura entre Axel Kicillof y Cristina Kirchner divide a los intendentes en una lucha de poder que definirá el futuro del PJ. ¿Quién domina el tablero rumbo a las legislativas? Los detalles de una interna explosiva.
En la provincia de Buenos Aires, el mapa político del Partido Justicialista (PJ) se redibujó tras la ruptura entre dos de sus principales figuras: el gobernador Axel Kicillof y la expresidenta Cristina Kirchner. Desde 2023, el peronismo bonaerense gobierna 84 de los 135 distritos, pero la interna desatada entre ambos líderes ha fragmentado alianzas y generado posicionamientos claros entre los intendentes. Aunque la mayoría aboga por la unidad de cara a las elecciones legislativas de 2025, las tensiones revelan un tablero complejo donde cada sector busca consolidar su influencia.
El quiebre que marcó la grieta
La decisión de Kicillof de desdoblar las elecciones provinciales, fijando los comicios legislativos para el 7 de septiembre y dejando las nacionales para el 26 de octubre, fue interpretada por el kirchnerismo como un desafío directo. Cristina Kirchner, presidenta del PJ nacional, y su hijo Máximo, titular del PJ bonaerense, criticaron la jugada, argumentando que fragmenta la estrategia electoral y debilita el «efecto arrastre» que una candidatura nacional fuerte –como la de Cristina, anunciada para diputada por la Tercera Sección– podría generar. Desde el entorno de Kicillof, en cambio, defienden la provincialización de la elección como una forma de blindar la gobernabilidad ante un escenario nacional adverso.
Esta fractura expuso las divisiones internas del peronismo, con intendentes alineándose en tres grandes bloques: los leales a Kicillof, los fieles al kirchnerismo y un grupo de «neutrales» que buscan equilibrar o desmarcarse de la disputa. A continuación, un análisis de cómo quedó configurado el mapa.
El kicillofismo: un bloque en ascenso
El Movimiento Derecho al Futuro, la corriente liderada por Kicillof, cuenta con el respaldo de cerca de 50 intendentes, un número que refleja el peso electoral y territorial del gobernador. Este sector incluye figuras de peso en el conurbano como Fernando Espinoza (La Matanza), Jorge Ferraresi (Avellaneda), Fernando Moreira (San Martín) y Andrés Watson (Florencio Varela). También suma apoyos en el interior, con nombres como Gustavo Cocconi (Tapalqué) y Ricardo Alessandro (Salto), lo que le otorga presencia en secciones electorales clave como la Segunda, Cuarta y Quinta.
El kicillofismo apuesta por un discurso de gestión, destacando políticas provinciales como la inversión en educación y salud frente a lo que llaman «el abandono» del gobierno nacional de Javier Milei. Sin embargo, algunos analistas señalan que la falta de un armado nacional propio podría limitar su proyección a 2027, cuando Kicillof apunta a consolidarse como candidato presidencial.
El kirchnerismo: la fuerza de La Cámpora y Cristina
El sector alineado con Cristina Kirchner y La Cámpora aglutina a 23 intendentes, con fuerte presencia en el conurbano. Referentes como Mayra Mendoza (Quilmes), Mariel Fernández (Moreno), Federico Otermín (Lomas de Zamora) y Damián Selci (Hurlingham) encabezan este bloque, que también tiene anclaje en el interior con Federico Susbielles (Bahía Blanca). La Cámpora, con Máximo Kirchner como articulador, mantiene una estructura aceitada y el liderazgo simbólico de Cristina, cuya candidatura en la Tercera Sección busca revitalizar al espacio.
El kirchnerismo critica a Kicillof por «dividir» al peronismo y defiende las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) como herramienta para dirimir internas sin fracturas. Sin embargo, la suspensión de las PASO nacionales y la Boleta Única de Papel (BUP) complican su estrategia, ya que reduce el impacto de una figura nacional en las urnas provinciales.
Los neutrales y el Frente Renovador: un tercer espacio
Un grupo menor de intendentes optó por no alinearse claramente con ninguno de los dos polos. Fernando Gray (Esteban Echeverría) es el más vocal, proponiendo una «tercera posición» que priorice los problemas de los bonaerenses sobre las disputas de liderazgo. Junto a él, Julio Zamora (Tigre) y Gastón Granados (Ezeiza) mantienen un equilibrio, participando en actos de ambos sectores sin comprometerse plenamente.
Por su parte, el Frente Renovador de Sergio Massa, aunque con menos intendentes –como Javier Osuna (General Las Heras) y Juan Andreotti (San Fernando)–, conserva influencia en las negociaciones. Massa, que busca reposicionarse tras la derrota de 2023, apoya tácitamente el desdoblamiento de Kicillof, pero reclama lugares en las listas legislativas para su espacio.
La unidad: un deseo en tensión
Pese a los posicionamientos, la mayoría de los intendentes coincide en la necesidad de un esquema de unidad para enfrentar a La Libertad Avanza y el PRO en 2025. La reunión del PJ bonaerense en Moreno, en diciembre de 2024, intentó escenificar esta reconciliación, con Cristina, Kicillof y Massa compartiendo mesa. Sin embargo, las diferencias estratégicas persisten: mientras Kicillof apuesta por provincializar la elección, el kirchnerismo insiste en un armado nacional que capitalice el liderazgo de Cristina.
El mapa de intendentes refleja esta dualidad. Los 84 distritos peronistas son un capital político inmenso, pero su fragmentación podría beneficiar a la oposición si no se logra un acuerdo. En el conurbano, donde se concentra el grueso del electorado, la puja entre kicillofistas y kirchneristas será clave para definir candidaturas legislativas y liderazgos futuros.
Un tablero en movimiento
Con las elecciones legislativas a la vista, el PJ bonaerense enfrenta un desafío doble: recomponer la unidad interna y ofrecer una alternativa atractiva frente al avance libertario. Kicillof, con su Movimiento Derecho al Futuro, busca consolidar un peronismo renovado, mientras el kirchnerismo confía en el peso histórico de Cristina para ordenar el espacio. En el medio, intendentes como Gray y Zamora exploran caminos alternativos, conscientes de que el resultado de 2025 definirá no solo bancas en la Legislatura, sino también el rumbo del peronismo hacia 2027.
En este escenario, la provincia de Buenos Aires sigue siendo el epicentro de la política argentina. Cómo se resuelva esta interna determinará si el PJ logra mantenerse como una fuerza competitiva o si las divisiones lo condenan a una derrota que podría costarle caro en el futuro.