A casi cuatro años de su muerte, la disputa legal por sus bienes se intensifica con la aparición de dos testamentos que enfrentan a distintos beneficiarios.
La herencia de Ricardo Barreda, el odontólogo que conmocionó a La Plata en 1992 al asesinar a su esposa, sus dos hijas y su suegra en su casona de calle 48, sigue generando controversia en la Justicia.
Dos testamentos y una pelea legal en curso
La sucesión de Barreda se encuentra enredada en una batalla judicial que se dirime en dos tribunales distintos. Mientras que en el Departamento Judicial de San Martín se inició un proceso sucesorio, en La Plata la causa sigue su curso en el Juzgado Civil y Comercial Nº 17, donde ya se dictó la declaratoria de herederos.
Uno de los testamentos habría sido otorgado a favor del abogado platense Eduardo «Pipa» Gutiérrez, quien falleció en enero de 2024. El otro, en tanto, beneficiaba a un psicólogo del Patronato de Liberados, de apellido Clara, domiciliado en CABA. Aunque el testamento de Gutiérrez es más reciente y tendría mayor validez legal, el psicólogo lo impugnó alegando que Barreda no estaba en pleno uso de sus facultades al momento de firmarlo. La muerte del abogado añadió una nueva capa de complejidad al conflicto, ya que generó otra sucesión en paralelo.
Herederos y bienes en disputa
Pese a la existencia de estos testamentos, la Justicia ya estableció que los verdaderos herederos de los bienes de Barreda provienen del linaje de su suegra, Elena Arreche, a quien el femicida expresaba un profundo desprecio. La declaratoria indica que los sobrinos y primos hermanos de Arreche y de la esposa de Barreda, Gladys Mac Donald, son los beneficiarios legales.
Los bienes que integran la herencia incluyen:
- La casona de calle 48 entre 11 y 12 en La Plata, donde ocurrió la masacre, actualmente abandonada.
- Una propiedad en Mar del Plata, usurpada tras la condena del femicida.
- Un terreno en la provincia de Buenos Aires.
- Tres vehículos: un Ford Falcon verde, un auto DKW y una moto Siambretta.
Expropiación y litigios pendientes
Uno de los puntos más conflictivos es la expropiación de la casona de La Plata. En 2014, la Legislatura bonaerense aprobó su expropiación para incorporarla al patrimonio provincial. Barreda, en respuesta, inició una contrademanda por «expropiación inversa», reclamando una compensación acorde al valor de mercado, que según él era hasta diez veces superior al monto fiscal establecido por ARBA.
Con la muerte del femicida, sus herederos retomaron el litigio para obtener una indemnización mayor. La Fiscalía de Estado de la Provincia de Buenos Aires interviene en el pleito, ya que la propiedad ahora pertenece al Estado.
En paralelo, la propiedad de Mar del Plata sigue en disputa. Tras la condena de Barreda, la casa fue usurpada y, hasta la fecha, permanece ocupada ilegalmente. Esta situación suma otro conflicto al extenso entramado legal que rodea su herencia.
Un legado marcado por la violencia
Barreda pasó sus últimos días en un geriátrico de José C. Paz, afirmando no recordar los asesinatos. A pesar del paso del tiempo y del avance de los movimientos feministas, su figura sigue generando reacciones opuestas en la opinión pública. Mientras la Justicia define el destino de sus bienes, su legado sigue envuelto en litigios y controversias, dejando en claro que la historia del cuádruple femicida está lejos de quedar en el olvido.