Martes 25 de marzo de 2025
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La Plata: marzo se convirtió en el mes más trágico del año por accidentes de tránsito y expone la falta de control vial

La problemática vial en La Plata y la región volvió a quedar expuesta en marzo, que se convirtió en el mes con más muertes por siniestros viales en lo que va de 2025. Hasta el momento, se registraron siete víctimas fatales solo en este mes, superando los números de enero y febrero y dejando atrás los registros de marzo del año pasado.

El dato más alarmante llegó este fin de semana, con un trágico accidente en Ruta 2 donde cuatro jóvenes que circulaban en una motocicleta perdieron la vida al chocar contra un camión. Con ese episodio, el total de víctimas fatales en lo que va del año trepó a 16, elevando la preocupación por la falta de prevención y control vial en las calles y rutas de la región.

La situación es grave si se tiene en cuenta que, en todo el primer trimestre de 2024, se habían registrado 11 muertes por accidentes de tránsito. Hoy, a varios días de finalizar marzo, esa cifra ya fue ampliamente superada, evidenciando el retroceso en materia de seguridad vial.

Ruta 2, el epicentro de las tragedias

La Ruta 2 se consolidó como el corredor más peligroso de la región: allí se produjeron 8 de las 16 muertes registradas en lo que va del año, es decir, el 50% de las víctimas fatales. Este dato no solo marca una tendencia preocupante sino que también pone en cuestión la efectividad de los controles y la fiscalización en una de las principales vías de acceso y egreso de la ciudad.

La falta de inversiones en infraestructura, sumada a controles intermitentes y campañas de prevención que parecen no tener impacto real, vuelve a poner bajo la lupa el rol de las autoridades municipales y provinciales, responsables de articular políticas públicas para reducir la siniestralidad vial.

Un repaso de las víctimas de marzo

El mes arrancó con la muerte de Yuliana Belén Gardellia, de 21 años, atropellada por una moto en la Ruta 11 el pasado 6 de marzo. La joven fue internada de urgencia en el Hospital San Martín, donde falleció horas después.

El 14 de marzo, en Lisandro Olmos, una mujer que intentaba cruzar la Ruta 2 fue embestida por un colectivo de la empresa El Águila y murió en el acto. Al día siguiente, Leonardo Fabián Villafañe, de 30 años, perdió la vida tras chocar su moto contra un micro de la Línea Sur.

Finalmente, el 22 de marzo se produjo la tragedia más impactante del mes: cuatro jóvenes -Leandro Alberto Condori (25), Shakira Roxana Choque Benavidez (18), Ludmila Alejandra Esquivel (18) y Brenda Galván (17)- murieron en Ruta 2 al estrellar la moto en la que viajaban contra la parte trasera de un camión. Luego se supo que el vehículo tenía pedido de secuestro por robo en Lanús.

Motos, la gran mayoría de las víctimas

El análisis de los datos de 2025 marca una constante: las motos están en el centro de la escena. Nueve de las 16 personas que perdieron la vida en estos tres meses se movilizaban en motocicletas. A eso se suman cuatro víctimas que viajaban en autos, dos peatones y un ciclista.

Los barrios de Abasto, Lisandro Olmos, Los Hornos, La Loma, Melchor Romero, Villa Elvira y el Casco Urbano concentran la mayor cantidad de víctimas, además de los casos registrados en Berisso y Ensenada.

Falencias estructurales y ausencia del Estado

La escalada de muertes por accidentes viales vuelve a poner sobre la mesa la deuda que tienen los gobiernos local y provincial en materia de seguridad vial. Mientras las cifras crecen, los controles siguen siendo esporádicos y las campañas de concientización no logran romper la lógica de la improvisación y el desinterés.

La Plata y su región atraviesan una crisis vial que parece no tener respuesta. La falta de planificación, la ausencia de fiscalización constante y la precariedad en los controles de motos -muchas de ellas robadas o sin papeles- convierten las calles y rutas en una trampa mortal para miles de vecinos.

La creciente cantidad de víctimas fatales en lo que va de 2025 es una señal de alerta que exige respuestas concretas. De lo contrario, las estadísticas seguirán engrosándose, mientras el Estado mira para otro lado.

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