Martes 1 de abril de 2025
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La política no va a callar la voz de los trabajadores” gritó Iván Tobar tras declarar en los Tribunales Federales

“La política no va a callar la voz de los trabajadores”. Sus palabras, pronunciadas tras una audiencia clave este viernes 28 de marzo de 2025, llegan en medio de un torbellino judicial que lo tiene en el ojo público, acusado de amenazas coactivas agravadas y vinculado a episodios de violencia extrema. ¿A quién o quiénes iba dirigido ese mensaje?

“La política no va a callar la voz de los trabajadores”. Sus palabras, pronunciadas tras una audiencia clave este viernes 28 de marzo de 2025, llegan en medio de un torbellino judicial que lo tiene en el ojo público, acusado de amenazas coactivas agravadas y vinculado a episodios de violencia extrema. ¿A quién o quiénes iba dirigido ese mensaje?

En una jornada cargada de tensión frente a los Tribunales Federales de La Plata, Iván Tobar, conocido tanto por su rol como líder de la hinchada de Estudiantes de La Plata como por su peso en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), alzó la voz con una declaración que resonó como un grito de resistencia: “La política no va a callar la voz de los trabajadores”.

Sus palabras, pronunciadas tras una audiencia clave este viernes, llegan en medio de un torbellino judicial que lo tiene en el ojo público, acusado de amenazas coactivas agravadas y vinculado a episodios de violencia extrema.

Tobar, una figura controvertida que transita entre el fervor futbolero y la lucha sindical, fue llevado ante el juez federal Ernesto Kreplak en un caso que ha captado la atención de medios y ciudadanos por igual. Su detención, ejecutada ayer a la mañana según fuentes judiciales, no hizo más que avivar el fuego de un debate que trasciende las paredes del tribunal: ¿es Tobar un defensor de los derechos laborales o un agitador que cruza la línea de la legalidad?

Bajo la lupa judicial por una causa de 4 años

La investigación que pesa sobre Tobar no es nueva. Desde hace días, la Justicia lo señalaba como un fugitivo tras ordenar su captura el pasado 27 de marzo. Según posteos recientes en X, el hombre de 45 años habría estado en el centro de una “caza” policial que lo describía como alguien que “sembró el terror en La Plata”.

Las acusaciones, que incluyen amenazas y episodios de violencia ligados a su rol en la barra brava del club albirrojo, lo han convertido en un blanco fácil para sus detractores. Sin embargo, él insiste en que su lucha es otra.

“Esto es una persecución. Quieren silenciar a los que peleamos por el trabajador”, afirmó Tobar a la salida de su declaración, rodeado de un puñado de seguidores que lo ovacionaron mientras era escoltado por efectivos policiales. Sus dichos buscaron instalar una narrativa de resistencia frente a lo que él describe como un sistema arbitrario.

La UOCRA en el ojo del huracán

El trasfondo de esta jornada no puede ignorar el contexto sindical. Tobar, en su rol de referente de la UOCRA platense, ha sido una voz crítica dentro de la organización, especialmente desde que esta se encuentra intervenida. En declaraciones previas, rescatadas de una entrevista del 26 de marzo en IP Noticias, había advertido: “Mientras siga intervenido, esto es tierra de nadie. La manejan como quieren. Acá tiene que votar el trabajador”.

Su reclamo por elecciones internas y mayor representación obrera lo ha puesto en una posición incómoda con las autoridades, tanto políticas como sindicales. La detención parece haberle dado un nuevo impulso. “Ojalá que esto se resuelva rápido, pero no nos van a callar”, insistió ante los micrófonos, dejando en claro que su batalla trasciende las rejas.

Entre la tribuna y la cárcel

La dualidad de Tobar es lo que lo hace un personaje magnético y, a la vez, polarizante. En las redes sociales, las opiniones de los pratenses están divididas. Mientras algunos lo ven como un mártir de la causa obrera, otros lo acusan de aprovechar su influencia en la hinchada de Estudiantes para amedrentar y extorsionar.

La crónica de Tobar no termina aquí. Con el proceso judicial en curso y la presión mediática en aumento, su destino sigue siendo incierto. Lo que sí está claro es que, detenido o no, su voz sigue resonando. “La política no va a callar la voz de los trabajadores”, repitió, y en ese eco se juega buena parte de su legado.

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