La Legislatura bonaerense eliminó las primarias y desató un nuevo debate sobre los plazos electorales. ¿Cómo impactará este cambio en los comicios y en el futuro político de la provincia?
La Legislatura bonaerense dio un paso decisivo este lunes al aprobar, con más de dos tercios de los votos, la suspensión de las Elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para los comicios legislativos de 2025 en la provincia de Buenos Aires. La medida, que alinea al territorio gobernado por Axel Kicillof con la decisión nacional de eliminar las primarias, no estuvo exenta de tensiones internas y ahora abre un nuevo frente de discusión: la redefinición de los plazos electorales.
Un debate que llega a su fin, pero abre nuevas incógnitas
La suspensión de las PASO, prevista inicialmente para el 13 de julio, responde a un proyecto impulsado por el Ejecutivo provincial y respaldado por amplios sectores del oficialismo y la oposición. La votación, que se llevó a cabo sin debate y tras varias postergaciones, refleja el consenso alcanzado luego de semanas de negociaciones marcadas por la interna peronista y las presiones de distintos actores políticos.
El gobernador Kicillof, quien desde marzo había manifestado su apoyo a la suspensión, argumentó que la eliminación de las primarias busca evitar el “caos” que implicaría combinar sistemas de votación diferentes en un mismo día, especialmente tras la adopción de la Boleta Única de Papel (BUP) a nivel nacional. “Entiendo que los argumentos para suspender las PASO son más que razonables. Pido celeridad a la Legislatura”, había expresado el mandatario en la apertura de sesiones legislativas.
La decisión no solo reduce la cantidad de jornadas electorales en la provincia —de tres a dos, con comicios provinciales el 7 de septiembre y nacionales el 26 de octubre—, sino que también implica un ahorro significativo en logística electoral, un punto clave en un contexto de restricciones presupuestarias. Sin embargo, la celeridad con la que se aprobó el proyecto contrasta con las dudas que persisten sobre los plazos electorales, un aspecto que la Legislatura deberá resolver en las próximas semanas.
El trasfondo político: internas y estrategias
La suspensión de las PASO no estuvo exenta de controversias. En el seno del peronismo, las tensiones entre el kicillofismo y sectores cercanos a Cristina Fernández de Kirchner marcaron el debate. A principios de abril, la expresidenta ordenó retirar un proyecto que buscaba unificar el calendario electoral provincial con el nacional, lo que evidenció las diferencias estratégicas dentro de Unión por la Patria.
Desde el kicillofismo, se señaló que mantener las primarias con los plazos actuales podría ser “una trampa” para complicar la organización electoral, mientras que otros sectores del oficialismo abogaron por tratar la suspensión y los plazos por separado. La oposición, por su parte, mostró disposición a negociar, pero exigió claridad sobre los motivos para modificar el artículo 61 de la Ley Electoral 5109, que regula los tiempos entre la elección y la presentación de listas, alianzas y boletas.
El lunes, tras la aprobación en la Cámara de Diputados, la vicegobernadora Verónica Magario celebró el consenso alcanzado, destacando que la suspensión “fortalece la organización de los comicios”. Sin embargo, las miradas ahora se dirigen a la reunión de la Comisión de Reforma Política, programada para los próximos días, donde se discutirá la adecuación del cronograma electoral.
Los plazos electorales: el próximo desafío
Con las PASO fuera del calendario, la atención se centra en la necesidad de ajustar los plazos establecidos por la Ley Electoral provincial. El artículo 61, que fija los tiempos para la presentación de candidaturas y alianzas, no está adaptado a un escenario sin primarias, lo que podría generar conflictos logísticos en una provincia con más de 13 millones de electores y 40 mil mesas de votación.
La Junta Electoral provincial ya advirtió sobre la “imposibilidad material” de cumplir con el cronograma actual, lo que llevó al Ejecutivo a enviar un proyecto para flexibilizar estas fechas. Sin embargo, la oposición se muestra cauta y espera una negociación que incluya garantías de transparencia. “Queremos que la Junta explique por qué no se pueden respetar los plazos vigentes”, señaló una fuente legislativa consultada.
El peronismo, que necesitará del apoyo opositor para avanzar, planea acelerar estas discusiones en un plazo de 10 a 15 días. Entre las propuestas, se evalúa extender los tiempos para la presentación de listas y modelos de boletas, lo que facilitaría la organización de una elección desdoblada que, según Kicillof, permitirá a los bonaerenses “discutir prioridades locales” sin la interferencia de la contienda nacional.
Un calendario electoral en constante redefinición
La suspensión de las PASO en Buenos Aires se suma a la tendencia de otras jurisdicciones, como la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Chaco, Jujuy y Salta, que también eliminaron sus primarias locales para 2025. A nivel nacional, el Congreso aprobó en febrero la suspensión de las PASO, una medida que generó críticas por alterar las reglas electorales en un año de comicios.
En este contexto, la provincia de Buenos Aires se prepara para un 2025 electoral con dos fechas clave: el 7 de septiembre, cuando se elegirán 46 diputados y 23 senadores provinciales, además de concejales y consejeros escolares, y el 26 de octubre, para los cargos nacionales bajo el sistema de Boleta Única de Papel. La logística de este proceso, que incluye la distribución de urnas y la capacitación de autoridades de mesa, será un desafío adicional para el gobierno bonaerense.
¿Qué implica para los bonaerenses?
Para los ciudadanos, la eliminación de las PASO implica una simplificación del calendario electoral, pero también plantea interrogantes sobre cómo se definirán las candidaturas sin esta instancia de selección. Además, la combinación de sistemas de votación —boleta partidaria en las provinciales y BUP en las nacionales— podría generar confusión, un aspecto que el gobierno ya está trabajando en mitigar mediante campañas de información.
Mientras la Legislatura se apresta a resolver el capítulo de los plazos, la suspensión de las PASO marca un punto de inflexión en la estrategia electoral de Kicillof, quien busca consolidar su liderazgo en un año clave para el peronismo. Sin embargo, en un escenario de alta polarización y con las internas aún latentes, el camino hacia las urnas no estará exento de obstáculos.