Miércoles 16 de abril de 2025
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Arranca el dólar con bandas de flotación: riesgos, proyecciones y tensiones del nuevo esquema

Desde este lunes, el dólar se moverá entre bandas de $1.100 y $1.400: qué pasará con el tipo de cambio y cómo impactará en la economía

La nueva fase del esquema cambiario arranca este lunes y promete ser clave para el futuro económico del país. El Gobierno de Javier Milei decidió avanzar con un régimen de flotación “sucia” para el dólar, con un piso de $1.100 y un techo de $1.400. La medida viene acompañada del levantamiento del cepo cambiario para personas físicas y forma parte del acuerdo con el FMI, con quien se busca mostrar disciplina fiscal y compromiso con el ajuste.

El ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, intentó contener la presión del mercado en las primeras jornadas del nuevo esquema: pidió a los bancos que no paguen importaciones entre lunes y miércoles para evitar una escalada inmediata del dólar. La estrategia apunta a transitar con calma la semana corta por Semana Santa y dejar que el mercado se acomode sin sobresaltos.

Aun así, el mercado ya anticipa una fuerte suba del dólar mayorista. La cotización podría escalar desde los actuales $1.078 hasta un rango de entre $1.300 y $1.340, es decir, una devaluación que ronda el 20% al 25%. Los operadores descuentan que la nueva banda cambiaria terminará empujando el precio hacia el techo, al menos en los primeros días.

El Banco Central aclaró que podrá intervenir dentro de las bandas no sólo para acumular reservas, sino también para frenar “volatilidades inusuales”. Pero, como advierten los analistas, en la práctica se trata de una devaluación encubierta, aunque Caputo lo niegue públicamente. “Una devaluación es cuando garantizás un mínimo del tipo de cambio, nosotros no lo estamos haciendo”, dijo el ministro. Sin embargo, la experiencia local indica que en estos casos el dólar tiende a instalarse en la parte superior de la banda.

Para intentar reforzar la sostenibilidad del nuevo sistema, el Gobierno espera un desembolso de USD 12.000 millones por parte del FMI. Con ese refuerzo, el Ejecutivo busca aumentar el poder de fuego del BCRA y enviar una señal de confianza al mercado.

Inflación, reservas y expectativas: el triángulo que define la pulseada

La incertidumbre sobre el nuevo esquema no solo gira en torno al valor del dólar, sino también a su efecto inflacionario. Con una inflación mensual que todavía ronda el 10% y el objetivo oficial de reducirla al 1% para mitad de año, cualquier movimiento brusco del tipo de cambio puede derribar esa meta. De hecho, algunos analistas ya prevén una aceleración del índice de precios en abril, que podría volver a ubicarse cerca del 5%.

Por otra parte, las reservas del Banco Central vienen de caer cerca de USD 2.500 millones en apenas tres semanas. La apuesta oficial es que, con el nuevo esquema y la entrada de divisas del campo, esa dinámica se revierta. Pero para eso será clave que los productores liquiden la cosecha, algo que no está garantizado si el dólar oficial sigue subiendo: muchos podrían esperar que se acerque a los $1.450 o más para vender.

El economista Martín Redrado estimó que podrían ingresar alrededor de USD 3.000 millones mensuales en concepto de exportaciones agropecuarias, pero aclaró que “el productor va a mirar si el tipo de cambio se estabiliza. Si ve que sube, va a esperar”.

Por su parte, Martín Kalos proyectó que el dólar tenderá a instalarse cerca del techo de la banda. Para Kalos, “el Gobierno espera que con el ingreso de dólares la presión se modere”, aunque reconoce que en un primer momento la tendencia será claramente alcista.

No todos ven un escenario de tensión extrema. El economista Miguel Boggiano consideró que “el dólar podría quedarse entre los $1.300 y $1.500”. Sin embargo, reconoció que eso implicaría un tipo de cambio alto que podría frenar exportaciones o encarecer productos importados.

El nuevo sistema de bandas: cómo sigue el cronograma y qué se espera hacia fin de año

Además de fijar un piso y un techo para el dólar, el nuevo sistema tiene un componente dinámico: cada mes, las bandas se irán ajustando. En mayo, por ejemplo, el piso bajará a $990 y el techo subirá a $1.414, y así sucesivamente. Se trata de un esquema “divergente”, según Caputo, que ampliará la brecha entre extremos con el tiempo.

Con esta lógica, el techo de la banda podría ubicarse cerca de los $1.500 hacia fin de año, lo que incrementa las chances de una apreciación sostenida del tipo de cambio.

Mientras tanto, los formadores de precios ya están tomando nota del nuevo escenario. Con una banda tan amplia —y en un contexto de alta inflación—, la tentación de remarcar por las dudas se vuelve difícil de contener. Así, los efectos del dólar en la economía real podrían sentirse incluso antes de que se materialicen en la cotización.

Impacto político y local: entre los anuncios nacionales y la realidad platense

La implementación del nuevo régimen se da en un clima político tenso, donde el oficialismo busca mostrar liderazgo y resultados, pero enfrenta críticas desde distintos sectores. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner cuestionó la eliminación del cepo, mientras que desde la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof decidió desmarcarse con un calendario electoral propio, en un claro gesto de autonomía política.

Para La Plata y el Gran La Plata, donde la situación económica se agrava por la pérdida de empleo, la recesión y la caída del poder adquisitivo, el nuevo esquema cambiario suma más incertidumbre. En una ciudad con fuerte presencia del empleo público y de la economía informal, cualquier salto del dólar tiene un efecto inmediato en los precios de alimentos, alquileres y servicios. La incógnita es si la apuesta del Gobierno servirá para estabilizar la economía o si, por el contrario, agregará más presión sobre sectores ya golpeados.

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