Mientras el gobernador Axel Kicillof exigió «rigor» en la Justicia y denunció el uso político del caso, el presidente Javier Milei fue más allá y le pidió que renuncie para que la Nación intervenga en el territorio bonaerense.
El brutal asesinato de Kim Gómez, la niña de siete años que fue atacada durante un robo en La Plata, desató una nueva disputa entre el gobierno nacional y la administración bonaerense, poniendo en el centro del debate la crisis de inseguridad en la provincia de Buenos Aires.
Kicillof: «Algunos buscan lucrar con el dolor»
Desde el Partido de La Costa, Kicillof calificó el asesinato de Kim como un «hecho trágico y espantoso» y sostuvo que los equipos de asistencia están acompañando a la familia de la víctima. En ese contexto, instó a la Justicia a actuar «con todo el rigor» contra el joven de 17 años que, según las investigaciones, perpetró el crimen junto a otro menor de 14.
El gobernador también desmintió versiones sobre su responsabilidad en la liberación del principal sospechoso. «No libero detenidos. No nombro jueces ni pongo preso a nadie», aclaró. Además, rechazó la propuesta del gobierno nacional de bajar la edad de imputabilidad y argumentó que el acusado «tenía que estar preso con la ley que existe».
Con duros cuestionamientos, Kicillof denunció que algunos sectores «usan esto para ganar un voto, lucrar con el dolor y ver si pueden sacar ventaja». También instó a Milei a trabajar en conjunto en materia de seguridad y lo desafió a coordinar una reunión en Argentina: «Tengo una responsabilidad sobre 17 millones de bonaerenses. La asumo y pongo la cara, pero espero lo mismo del Presidente, no en Estados Unidos, sino aquí».
Milei redobla la apuesta: «Si Kicillof renuncia, intervenimos la Provincia»
Lejos de tender puentes, Milei respondió con una propuesta explosiva: pidió la renuncia de Kicillof para que el Gobierno nacional tome el control de la seguridad bonaerense. En un mensaje publicado en X (ex Twitter), el mandatario afirmó que el conurbano vive un «baño de sangre» y sostuvo que el gobernador «no puede resolver el problema».
«Si le interesa el bienestar de los bonaerenses, córrase del camino (esto es, renuncie) y déjenos intervenir la Provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia», aseguró Milei, profundizando la confrontación con la gestión provincial.
Además, el Presidente criticó la postura de Kicillof y la vinculó con la doctrina del exjuez de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni. «No se puede trabajar con alguien que cree que los delincuentes son las víctimas mientras nosotros creemos que los delincuentes son los malos y el que las hace, las paga», disparó.
Seguridad, el eje de la disputa entre Nación y Provincia
El crimen de Kim Gómez no solo sacudió a La Plata, sino que reavivó la discusión sobre la política de seguridad en la provincia de Buenos Aires, donde los casos de violencia y delitos graves generan una creciente preocupación. Mientras la gestión bonaerense defiende el marco legal vigente y reclama mayor colaboración de la Justicia, la administración nacional presiona por cambios profundos y plantea una estrategia de mano dura.
En medio de la conmoción, el debate sobre la inseguridad se convierte, una vez más, en el escenario de una feroz disputa política entre Kicillof y Milei, con posiciones cada vez más irreconciliables y un trasfondo de cara a la futura contienda electoral. Entretanto, la sociedad sigue exigiendo respuestas concretas para frenar la violencia que golpea a la provincia más poblada del país.