La suspensión de las PASO trae nuevos desafíos a la política argentina: la Cámara Nacional Electoral exige a los partidos adaptar sus estatutos para garantizar elecciones internas transparentes. ¿Podrán evitar el poder de las cúpulas y asegurar la voz de los afiliados?
En un contexto político marcado por la incertidumbre y los cambios normativos, la Cámara Nacional Electoral (CNE) ha puesto bajo la lupa a los partidos políticos argentinos. La reciente suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) para las elecciones legislativas de 2025, aprobada por la Cámara de Diputados con 162 votos a favor, ha generado un nuevo desafío para las fuerzas políticas: adaptar sus cartas orgánicas para garantizar que la selección de candidatos sea democrática y transparente. Esta decisión, impulsada por el Poder Ejecutivo y liderada por el oficialismo de La Libertad Avanza, busca reducir el «costo de la política», pero también plantea interrogantes sobre el impacto en la representatividad y la participación ciudadana.
Un cambio de reglas que sacude el tablero político
La suspensión de las PASO, estipulada en la Ley N° 27.783 y publicada en el Boletín Oficial el 7 de marzo de 2025, implica que los partidos políticos no contarán con el mecanismo de elecciones primarias para definir sus candidatos. Este sistema, implementado en 2009 bajo la Ley de Democratización de la Representación Política, la Transparencia y la Equidad Electoral (N° 26.571), buscaba garantizar que los ciudadanos tuvieran un rol activo en la selección de los postulantes. Sin embargo, el oficialismo, encabezado por el diputado Nicolás Mayoraz, calificó a las PASO como «una encuesta cara» que no cumplió con su propósito democratizador, argumentando que su eliminación permitirá a los partidos recuperar la libertad de elegir a sus candidatos.
Ante este escenario, la CNE ha emitido un comunicado instando a las agrupaciones políticas a actualizar sus estatutos internos. Según la resolución, los partidos deben establecer procedimientos claros y democráticos para la designación de candidatos, respetando los principios de transparencia y equidad. La medida responde a la necesidad de evitar que la suspensión de las PASO derive en prácticas arbitrarias o en la concentración del poder en cúpulas partidarias, lo que podría debilitar la legitimidad de las listas presentadas.
La adaptación de las cartas orgánicas: un desafío técnico y político
Las cartas orgánicas, documentos que rigen el funcionamiento interno de los partidos, se han convertido en el eje de esta transición. La CNE ha establecido que las modificaciones deben garantizar mecanismos de participación interna, como elecciones internas, asambleas partidarias o consultas a los afiliados, para que la selección de candidatos no quede en manos de unos pocos. Además, las listas oficializadas deberán cumplir con los requisitos del Código Electoral Nacional, incluyendo la paridad de género establecida por la Ley N° 27.412, que exige una alternancia entre hombres y mujeres en las candidaturas.
El proceso de adecuación no es sencillo. Según fuentes consultadas, muchos partidos, especialmente los de menor estructura, enfrentan dificultades para actualizar sus estatutos en el plazo estipulado por la CNE, que vence 60 días antes de la presentación de las listas. «La suspensión de las PASO nos obliga a repensar todo el proceso de selección. Algunos partidos no tienen experiencia en realizar elecciones internas y carecen de los recursos para organizarlas», explicó un dirigente de un partido provincial que prefirió mantenerse en el anonimato.
Por otro lado, los partidos mayoritarios, como el Partido Justicialista (PJ), la Unión Cívica Radical (UCR) y Propuesta Republicana (PRO), han comenzado a trabajar en la revisión de sus cartas orgánicas. En el caso del PJ, se espera que las modificaciones refuercen el rol de las juntas partidarias y los congresos nacionales para garantizar una representación equilibrada de las distintas corrientes internas. La UCR, por su parte, planea implementar un sistema de elecciones internas obligatorias para todos sus afiliados, mientras que el PRO apuesta por un modelo mixto que combine consultas a las bases con decisiones de la mesa nacional.
La CNE, garante de la transparencia
La Comisión Nacional Electoral, dependiente del Poder Judicial, ha asumido un rol protagónico en este proceso. Además de supervisar la adecuación de las cartas orgánicas, la CNE será la encargada de oficializar las listas de candidatos, verificando que cumplan con los requisitos legales y estatutarios. El Código Electoral Nacional, en su artículo 60, establece que los partidos deben presentar las listas ante el juez federal con competencia electoral hasta 60 días antes de la elección, acompañadas de una declaración jurada de los candidatos que certifique que no están comprendidos en inhabilidades legales.
La CNE también ha reforzado los controles sobre el financiamiento de las campañas. Según la Ley N° 26.215, modificada recientemente, los partidos podrán acceder a mayores aportes privados, pero deberán presentar informes detallados de ingresos y gastos. La falta de cumplimiento podría derivar en multas o incluso en la suspensión cautelar de los fondos públicos, como establece el artículo 37 bis de la normativa.
Voces a favor y en contra: un debate que no termina
La suspensión de las PASO ha generado opiniones encontradas. Desde el oficialismo, se argumenta que la medida no solo reduce el gasto público, sino que también devuelve a los partidos la autonomía para definir sus estrategias electorales. «Las PASO se convirtieron en un negocio para los sellos de goma y en una carga para el Estado. Ahora los partidos tendrán que asumir la responsabilidad de elegir a sus candidatos de manera transparente», afirmó Mayoraz durante el debate en Diputados.
Sin embargo, sectores de la oposición, como el Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) y Encuentro Federal, advierten que la eliminación de las PASO podría limitar la participación ciudadana y favorecer a las estructuras partidarias más consolidadas. «Sin primarias, los ciudadanos pierden la posibilidad de incidir en la selección de candidatos. Esto beneficia a los aparatos políticos y debilita la democracia interna», señaló la diputada Mónica Schlotthauer (FIT) durante el plenario de comisiones.
Un futuro incierto para las elecciones de 2025
A medida que se acerca la fecha de las elecciones legislativas, previstas para octubre de 2025, los partidos políticos enfrentan una carrera contrarreloj para cumplir con las exigencias de la CNE. La adaptación de las cartas orgánicas no solo implica un desafío técnico, sino también político, ya que las decisiones internas podrían generar tensiones entre las distintas facciones de cada fuerza.
En paralelo, la CNE continúa trabajando en la implementación de la boleta única papel (BUP), aprobada en octubre de 2024, que debutará en los comicios de 2025. Esta reforma, que busca garantizar la presencia de toda la oferta electoral en cada centro de votación, añade otra capa de complejidad a un proceso electoral que promete ser histórico.
Mientras tanto, la ciudadanía observa con atención. La suspensión de las PASO, lejos de simplificar el panorama, ha abierto un nuevo capítulo en el debate sobre la calidad de la democracia argentina. ¿Lograrán los partidos políticos demostrar que pueden seleccionar a sus candidatos de manera democrática sin las primarias? La respuesta, por ahora, está en manos de la CNE y de las propias agrupaciones políticas.
Imagen: Boletas de las últimas PASO 2023 (archivo)