El encuentro de hoy  en Quilmes, bajo la gestión de la camporista Mayra Mendoza, puso de manifiesto las fisuras internas del kirchnerismo. Larroque desató la polémica durante un acto el pasado sábado, provocando la respuesta firme de Mendoza, quien no dudó en defender a la conducción de Cristina Kirchner y cuestionar la especulación política.

Durante la visita de Kicillof a Quilmes, las tensiones fueron evidentes. Mendoza, respetando el protocolo, expresó su descontento con el gobernador al evitar el contacto visual y dirigir sus palabras directamente a los vecinos. Su discurso eludió mencionar a Kicillof, enfocándose en su compromiso con la comunidad y su labor como intendenta.

Poniendo el foco en otro tema, Kicillof destacó: “Lo que estamos haciendo hoy en Quilmes solamente se puede expresar en las palabras, las miradas y la alegría de la comunidad educativa y de las y los vecinos de Solano”, indicó el Gobernador y añadió: “Cuando con mucha crueldad e ignorancia hablan de dinamitar al Estado, deberían comprender que el Estado es este instituto, sus docentes y sus estudiantes”.

Pero las imágenes compartidas en redes sociales reflejaron el clima áspero del encuentro, con Mendoza luciendo seria y distante, evitando el contacto visual con Kicillof. Este gesto, interpretado como una respuesta a la reciente confrontación con Larroque, subraya la profunda división interna en el seno del kirchnerismo. LaCámpora percibe las críticas de Larroque como una provocación avalada por el gobernador, exacerbando aún más las tensiones dentro del movimiento político.

El enfrentamiento entre LaCámpora y Kicillof, evidenciado en este encuentro en Quilmes, refleja la compleja dinámica política que atraviesa el peronismo en la provincia de Buenos Aires.